¿Hasta Cuándo vamos seguir esperando Justicia Ambiental en Coronel?
Esta es la interrogante que miles de coronelinos continuamos haciéndonos frente a la seguidilla de hechos que marcan nuestra historia como una de las cinco Zonas de Sacrificio en Chile. Las termoeléctricas han producido degradación social y ambiental en las cuales estamos inmersos y limitados. Debemos transformar esta realidad para no correr el mismo destino que Quintero/Puchuncaví.
El pasado 19 de octubre registramos un nuevo hecho lamentable. Los ejecutivos de ENEL (ex ENDESA) que fueron formalizados por daño ambiental el 2012 acordaron una salida alternativa con la Fiscalía, que en la práctica, significa para la firma italiana cerrar sólo parcialmente el vertedero de cenizas ubicado en el cerro Millabú, al mismo tiempo que durante 2 años la compañía no puede afectar el medioambiente, invirtiendo en un plan de acción calculado en unos $13 mil millones. En síntesis, costo hundido para continuar operando, pero sin reconocer el daño causado.
Ante este nuevo “perdonazo”, debemos responder con un planteamiento común que se adhiera a la campaña nacional por la “descarbonización” de la matriz, que recordemos, es la responsable del 88% de las emisiones de Material Particulado en la generación de energía. La campaña #CHAOCARBON es liderada por organizaciones de los territorios de sacrificio que buscan poner fin a las termoeléctricas a carbón en Chile.
- Primero, a los escépticos debemos informarles que si se cierran las Centrales a Carbón no se afecta la seguridad del sistema eléctrico y tampoco suben los costos de energía. A ellos debemos recordar que organizaciones como la Sociedad Chilena de Pediatría han desarrollado importantes estudios que ratifican los impactos de las termoeléctricas en la salud de la población.
- Como todo proceso tiene un comienzo, este corresponde al cierre inmediato de la Central Bocamina 1 de Enel que hace 48 años contamina y que se justificó hasta cuando el Yacimiento Carbonífera Schwager funcionó. La obsolescencia tecnológica del parque carbonero tiene su máxima expresión en esta planta capaz de generar 128 MW y que actualmente es rentable por el pago por potencia (que puede ser hasta el 60%).
- Debemos solicitar la erradicación del Vertedero de Cenizas de ENEL (792.000 m3 de residuos durante 15 años). Este cenicero debe salir del centro de la comuna.
- Colbún no puede cantar victoria. Pese a que en junio del 2017 su gerente general comunicó al país que decidió no completar su complejo Santa María II, esta debe renunciar formalmente a su Calificación Ambiental, de modo que no sean los vaivenes de la economía los que definan una decisión, sino los niveles de afectación de la calidad de vida. Recordemos que el Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia decretó que la central no podía generar más de los 350 MW permitidos por la RCA. Sin embargo, entre enero y mayo 2017 la central habría violado esa resolución, inyectando al Sistema Interconectado hasta 357 MW.
- La crisis de Quintero/Puchuncaví dejó de manifiesto la ausencia absoluta de sistemas de monitoreo suficientes que den cuenta de la realidad en tiempos de crisis. En Coronel necesitamos una red estatal, pública y transparente que entregue garantías a todos. Tarea pendiente para el Estado es ajustar los precarios e insuficientes estándares para emisión de centrales termoeléctricas a los estándares y recomendaciones de la Unión Europea y la OMS.
Solo de esta manera podremos equilibrar el impacto de los efectos ambientales y la disminución de los recursos naturales entre todas las personas que conviven en nuestra sociedad.