“Repudio absoluto ha provocado la actitud del personal de un supermercado de Coquimbo, donde le negaron el acceso al baño a un adulto mayor”.
Con esta aseveración comenzaba la edición del noticiero de la tarde de la estación privada Chilevisión, el pasado 9 de noviembre del 2018. Tras ello, la presentadora daba a conocer las imágenes grabadas en el recinto comercial del sector de Los Álamos, en Sindempart, por Guillermo Pérez, un hombre de 67 años quien decía padecer cáncer a la próstata y que no aguantaba más las ganas de orinar.
En el video, Pérez acusa a dos funcionarias de no facilitarle las llaves del servicio sanitario, y de burlarse de él, luego que rieran mientras las capturaba con el celular, lo que se puede apreciar en el material audiovisual difundido por el canal de televisión, luego que se viralizara en las redes sociales, y “obligara a la empresa Unimarc a desvincular a las involucradas producto de la presión mediática” aludiendo un supuesto “incumplimiento grave de las obligaciones del contrato de las funcionarias”, algo que finalmente fue desestimado por el tribunal laboral.
Una bola de nieve Pero vamos a la génesis de los hechos. El episodio tuvo lugar el día jueves 8 de noviembre, un día antes que los medios a nivel nacional masificaran hasta límites insospechados la noticia. ¿Las protagonistas? Franshesska Nicolls Pastén (31) y Sthephania Constanza Bustos (27), quienes tras lo sucedido se convirtieron en las dos personas más odiadas del país.
“Me amenazaron de muerte a mí y mi familia”
“Esa noche no pude dormir. Los comentarios que había en Facebook y en Instagram eran terribles. Nos destrozaban a mí y a mi amiga (Sthephania). Nos trataban como una lacra”, dice Franshesska Pastén excajera del supermercado donde trabajó durante siete años, pero del cual fue despedida injustamente, según la sentencia.
Acompañada de su marido, nos cuenta cómo han sido estos meses, luego de estar en la mira de la opinión pública, y ser condenada por los medios de comunicación y en las redes sociales “por gente que no conocía el contexto de todo lo que pasó”, ya que se quedaron sólo con las imágenes, de una situación que había comenzado con anterioridad. “El caballero siempre estuvo con mala disposición. Cuando yo me lo encontré ya venía molesto, porque no encontraba el baño, y yo le expliqué no le podía abrir, porque en servicio al cliente no manejábamos esas llaves. Ahí este señor me insulta, me dice ‘cómo no vai a tener las llaves, hueona’. Yo me asusté, y salí caminando mientras él me decía de atrás ‘te voy a funar’, ‘te voy a funar’”, relata la mujer.
Cuando empezó a grabar, ella ya estaba sentada en su puesto, y su amiga Sthephania, al lado del hombre que no paraba de hablar. “Insistía en las llaves y decía cosas como que él nos daba de comer, que nos daba trabajo, y la verdad es que no teníamos cómo darle una solución. Además que el encargado que tenía que solucionar el tema, no se hizo presente. Si hubiésemos tenido llaves del baño se las hubiésemos pasado y ahí hubiese terminado todo, pero de verdad en ese momento, nosotras como simples cajeras no podíamos hacer nada”, explica la exfuncionaria del supermercado, quien además, luego que el video se hizo público recibió múltiples mensajes donde la insultaban e incluso, según cuenta, la amenazaron de muerte. “Es muy fuerte, porque uno ve como el problema va creciendo y no sabe cómo pararlo, y ya cuando te empieza a amenazar gente que no conoces, te quieres morir”, indica Franshesska.