Hace unas semanas Jacque- line van Rysselberghe des- cartaba haber recibido dinero de sector industrial de la pesca para su campaña el año 2013. Todo eso en el caso Asipes, que sigue sumando detalles como la relación que la actual senadora tiene con el entonces presidente de la entidad, Luis Felipe Moncada. Moncada es amigo de JVR desde la década de los ’80, cuando ella recién comenzaba en el mundo político en la Universidad de Concepción.
Una relación que se mantuvo con el paso de los años, a tanto que el ex mandamás de Asipes, solicitó a la senadora que “era mejor que se perjudicara y se redujera la subcuota de la pesca artesanal”, cuando se debatía el tema en el hemiciclo.
Lacayo de la dictadura de Augusto Pinochet, vinculado con la extrema derecha y Opus Dei es el perfil fuera de la política de Luis Felipe Moncada.
Este abogado de la Universidad de Concepción, que cancelaba grandes cifras de dinero a los políticos, buscaba línea directa con el Congreso para sus planes turbios con tal de perjudicar al mundo pes- quero artesanal. Moncada es una persona apreciada dentro del gremialismo.
Fue amigo de Jaime Guzmán, trabajo de la mano con las fuer- zas gubernamentales durante toda la década del 80’ y fue figura clave del ministerio del Trabajo por ese tiempo.
Un hombre cuya trayectoria política es bien vista por la derecha actual, con la cual mantiene firmes vínculos por medio de Van Rysselberghe y Jorge Ulloa, sus dos grandes aliados en la colectividad, pese a que ellos le han dado la espalda. Quizás una de las principales características de Luis Felipe es su sentido “patriótico”, ese que lleva al extremo asegurando que la industria debe estar a cargo de la elite de los chilenos.
En Asipes así lo hacía notar, siendo sus ideas escuchadas por el resto y logrando ganarse respeto en su medio. Los aportes ilegales de este personaje se expandieron más allá de la UDI gracias a su rol de negociador. Siempre entregó información a cambio de conseguir sus objetivos con los parlamentarios, quienes por unos millones hacían lo que Moncada mandaba desde Concepción.
Pero no sólo políticos eran salpicados por eso, ya que uno de sus grandes seguidores en la actividad pesquera fue el asesor comunicacional, Rafael López, dueño y director ejecutivo de “Giro estratégico”, consultora que trabaja con el gobierno y grandes empresas de la zona.
El nombre de López se vinculó a raíz de un cheque por $1.800.000 al diputado de RN, Frank Sauer- baum, y que finalmente terminó cobrando la empresa Giro estratégico, pese a que en una primera instancia negó conocer al político, con el tiempo terminó contando los antecedentes sobre el financiamiento ilícito de Asipes a las altas esferas políticas del Bío Bío por medio de esta empresa.
Pero no sólo el dinero une a López y Moncada, ya que la so- ciedad del primero es la creadora de la revista “El Pescador”, publicación del gremio pesquero, y como si eso no bastara, fue parte de las comunicaciones de Asipes cuando se tramitaba la ley de pesca.
Así, a Rafael López no le quedo otra que ir contando todo lo que sabía. Hablar de favores políticos por medio de la empresa, sus negocios con el ex diputado del PPD, Cristián Campos, más los onerosos pagos que recibía por estos servicios que ayudaban para informar a los políticos de qué manera oponerse a cualquier cambio a la ley de pesca que fuera perjudicial para el sector empresarial.
Un plan casi, casi perfecto. Los lazos de López también van de la mano con su militancia en la UDI, partido que tiene a casi todos sus miembros involucrados en el caso. Los caminos de Rafael López y
Luis Felipe Moncada se unen en varios puntos, sólo que ambos parecieran haberse olvidado el uno del otro.
La investigación del caso Asipes continúa su marcha, esperando encontrar más detalles escabrosos de lo que sucede con estos dos tipos, que buscando sacar provecho político, lucraron y protegieron a los poderosos para que la ley maldita continuara su marcha.