EL problema medioambiental es un tema recurrente en la caracterización de la comuna de Coronel, específicamente lo que respecta a su atmósfera. No en vano ha sido declarada Zona Saturada por material particulado fino respirable 2,5[1] (no confundir con zona de sacrificio, lo cual es una denominación carente de tecnicismo en lo absoluto, pero bastante legítima por cierto). Para avanzar en estos temas lo que debemos realizar son propuestas, por lo que este escrito se basa en esto, una pequeña pincelada sobre datos duros y posterior propuesta.
Coronel es uno de los motores principales de generación de energía eléctrica del país, que basa su producción en un 100% de matriz a partir de combustibles fósiles y biomasa al 60% de humedad. Si tomamos como ejemplo Enel Bocamina, los efectos y consecuencias de dicha industria termoeléctrica a carbón se resumen en un consumo de 2.000.000 de toneladas de carbón bituminoso al año, 180.000 toneladas anuales de cenizas producto de la combustión en sus procesos de generación, depósito de 103.000 toneladas de cenizas al año, acumuladas en vertedero de cenizas de Puchoco Schwager, a metros de zona urbana habitada, contaminación de napas subterráneas y acidificación del agua para consumo y riego. A esto se le suma la emisión de casi 10.000 Tons/año de NOx, el cual en su composición N2O genera gases de efecto invernadero, el cual según ONG Oceana en 100 años más tendrá un efecto invernadero superior a 300 veces el generado por el CO2 en la actualidad. Si a esto agregamos la generación de SO2, por también un aproximado de 10.000 Tons/año obtenemos un efecto sinérgico incalculable en la atmósfera de la comuna, considerando además que el SO2, ha estado históricamente involucrado en los principales episodios de contaminación mundial (Valle de Mosa en Bélgica1930, Donora Estados Unidos 1948, Poza Rica México 1950, Puchuncavi – Quintero Chile 2018). En el casco histórico de la comuna, en un radio de 3 kilometros existen 27 calderas industriales que emiten los compuestos anteriormente descritos, en ese mismo radio urbano se genera anualmente 239 tons de Mp 2,5 y 278 tons de Mp 10. Respecto a los residuos, el vertedero de cenizas de Enel Bocamina, tiene una proyección de vida útil de dos años más a lo mucho, por lo que la compactación en el terreno preocupa a quienes vemos peligrar las napas subterráneas de la comuna. La toma de muestra hecha en la escuela Rosa Medel para el año 2017, arrojó resultados aún más preocupantes para la salud de los niños. Tomando como referencia la norma canadiense, la concentración de metales pesados medidos en el entretecho de dicho establecimiento arrojó la existencia de Cadmio 18,50 mg/kg, Arsénico 51,12 mg/kg, Zinc 3.415,09 mg/kg, cada uno en el mismo orden 90%, 413%, 1.500% por sobre la norma canadiense de medición de rango permitido.
Dicho esto, no cabe duda de que los problemas medioambientales en la comuna de Coronel, no son para nada un slogan, muy por el contrario, son una necesidad latente que requiere solución. Ante esto existen diferentes propuestas, una de ellas ha sido impulsada con la Municipalidad de Coronel por intermedio de su Alcalde y equipo técnico ambiental, apoyado por algunos concejales de la Comuna, quienes han definido la necesidad de una Ley específica de reparación y compensación a la comuna denominada Ley Coronel, la cual basaría su existencia en solicitarle al Estado que el mayor porcentaje de lo recaudado en Impuestos Verdes en la comuna, sea entregado a la propia comuna que lo genera. Esto se basa en que las externalidades negativas de estas empresas deben compensar el territorio y no intereses centralistas. Por lo que el impuesto verde debe contribuir por ejemplo a revertir y/o reparar los efectos en la comuna y no financiar ampliaciones de líneas de metro en Santiago u otra inversión que nada tiene relación con Coronel.
La justificación a este requerimiento es incuestionable, de las 85 empresas de carácter nacional que deben pagar por impuestos verdes desde 2018, 10 de ellas están instaladas en Coronel. La proyección de lo recaudado por estas empresas es un total de 25MM$USD, algo así como 18.500MM$CLP, lo suficiente para invertir en compra de equipamiento para tratamiento de salud, inversión en especialistas médicos, aumento de bosque nativo, planes de reforestación, inversión en discapacidad, construcción de infraestructura para habilitación de nuevos cesfam, etc. ¿Cuánto le costaría al Estado de Chile esto?, cero pesos, la increíble suma de ni un sólo peso, ya que el dinero saldría del propio impuesto verde que genera la propia comuna, no es nada más ni nada menos que el uso de criterio.
[1] Decreto 15, Ministerio del Medio Ambiente, 14 julio de 2015.