“Amor por el prójimo y vocación de servicio” son las mejores palabras que describen la labor que realiza el capellán evangélico, pastor Nelson Escobar Guzmán, al interior del Hospital San José de Coronel, quien desde octubre del año pasado acompaña espiritualmente y brinda asistencia religiosa a los pacientes hospitalizados. Servicio que es muy valorado por los usuarios, sus familiares y los funcionarios de Salud, y que nació tras un trabajo conjunto de la Dirección del recinto asistencial con el mundo cristiano, el que se basó en el Protocolo de Acompañamiento Espiritual implementado por el hospital que apunta a seguir humanizando la atención en salud.
Escobar fue designado para prestar este servicio por el Concilio de Pastores de Coronel por su destacado trabajo pastoral por más de 27 años en la zona y su calidad humana, labor que desarrolla con entusiasmo, con amor y con humildad, y que describe como “vocación de servicio”.
La entrega de atención espiritual es unas de las estrategias implementadas por el Hospital de Coronel que contribuye a la humanización del trato en los pacientes que está sustentada en la Ley 20.584, que regula los derechos y deberes de los usuarios y la N° 19.638, más conocida como “Ley de Culto”.
La directora de este hospital, Dra. Vilma Razmilic, explicó que “desde octubre de 2019 se incorporó la atención espiritual del capellán evangélico que es parte de las estrategias que estamos implementando de acuerdo al Protocolo de Humanización del Trato”.
“La idea que tiene la Dirección del Servicio de Salud Concepción y esta Dirección es dar apoyo en el ámbito espiritual a los pacientes que acuden a nuestro hospital, especialmente a aquellos que están hospitalizados, ya que sabemos que en el momento que padecen alguna enfermedad o dolor o sufrimiento, es necesario este acompañamiento espiritual que lo brindan tanto el capellán evangélico como el católico, ya que el equipo clínico y médico no puede abordar esta área, porque sus tiempos son acotados”, puntualizó la Dra. Razmilic.
La directora enfatizó en la existencia de un Protocolo de Acompañamiento Espiritual que regula la asistencia religiosa al interior del hospital: “Para asegurar la estadía de los pacientes, contamos con un protocolo que evita que existan algunas personas inescrupulosas que puedan utilizar el nombre de algunos cultos para acceder fácilmente al recinto hospitalario”.
En esta misma línea, el Capellán Evangélico comentó respecto a su designación que “los pastores consideraron que yo podía ser un aporte en esta área y más que una designación, es para mí una vocación y me honra el hecho de poder asistir a aquellas personas que lo necesitan”, además agregó que “su labor no es de oferta, sino para quien tiene necesidad de asistencia espiritual y, por eso, brindo horas los 7 días de la semana para asistir a los pacientes hospitalizados y sus familias”.
Su servicio consiste en alentar a los pacientes a través de la oración entregando además un mensaje de esperanza, para que puedan enfrentar de mejor manera su enfermedad, “siendo nosotros un instrumento de Dios que ha permitido la rápida recuperación en el caso de algunos pacientes por su fe y el tratamiento médico”, explicó Escobar.
Testimonios
El haitiano Ariste Juens, de 60 años, arribó a Coronel en marzo de 2017 con una maleta cargada de sueños, entre ellos, poder brindar un mejor futuro a su familia que vive en Haití. Sin embargo, un accidente vascular cambió drásticamente su vida. Durante dos meses debió permanecer internado en el Hospital de Coronel sin mayores redes de apoyo y un escaso manejo del idioma español, enfermedad que aún lo mantienen con algunas secuelas.
Gracias a la generosidad de los funcionarios de salud, de sus compatriotas y el constante apoyo del Capellán Evangélico durante su hospitalización, y arribo a su nuevo hogar, Ariste logró la entereza y fuerza interior necesaria para enfrentar su enfermedad y hoy ya en la casa que comparte en Población O”Higgins con una familia haitiana que lo acogió con amor, piensa en su familia y ve con mayor esperanza su futuro.
“La noche del 25 de septiembre recuerdo que llegué de mi trabajo y me acosté. Me quise mover, pero no me pude levantar. Al otro día en la mañana, los chicos que compartían la casa conmigo anteriormente intentaron levantarme y no lo lograron, llevándome en un taxi al hospital”, comentó Ariste.
El acompañamiento espiritual fue clave para su recuperación: “Fue muy reconfortante la asistencia del capellán porque cuando es Dios quien obra, Él hace la hace perfecta”, enfatizó emocionado el haitiano.
Luis Figueroa, internado hace más de dos meses en el servicio de Medicina Hombres, es otro de los pacientes que ha sido asistido por este capellán. Su hija, Verónica Figueroa, resalta labor del pastor: “Ha sido muy buena su asistencia porque nos ha fortalecido como familia en la enfermedad de mi papá”.