Mucho se habla de la escases de alimentos que el ser humano deberá afrontar en los años venideros. Panorama poco alentador y que suma un nuevo factor: los peces.
Según publicaciones de renombre mundial, las próximas guerras no serían por el agua, el petróleo o tierras, sino que por los pescados. Es por eso que naciones ya se están adelantando para aprovechar al máximo este alimento, que es parte fundamental de dos tercios de la población en el mundo.
Según la BBC, “el Océano Pacífico podría transformarse en el Medio Oriente del atún, haciendo un paralelo con la competencia por el petróleo. Eso porque un 60% del atún del mundo es capturado en una sola región geográfica: el Océano Pacífico Occidental y Central. El resto de las especies también están concentradas en zonas específicas, razón que las convierte en fuente de conflicto permanente”, explica la publicación 5 razones que muestran que “se aproxima” una guerra pesquera global
Global Fishing Watch realizó una investigación este 2018, revelando que cinco países acaparan el 85% de la pesca en alta mar, lejos de sus zonas económicas exclusivas: China, España, Taiwán, Japón y Corea del Sur.
“China está construyendo una flota pesquera estatal para ocupar el Mar Meridional y usarla al mismo tiempo como fuerza de defensa. Utiliza su flota pesquera, de unos 2.500 barcos, como el tercer brazo de su Armada”, afirman publicaciones estadounidenses sobre los planes que tiene el gigante asiático.
Desde Global Fishing Watch agregan que “si bien el pescado es técnicamente un recurso renovable, su futuro es precario. Casi el 90% de las poblaciones de peces del mundo están completamente explotadas o sobreexplotadas, y algunos científicos estiman que en 30 años puede haber poco o ningún marisco disponible. En ese sentido, se espera que la producción pesquera, en gran medida impulsada por la acuicultura, aumente un 17% para 2025, pero no se mantendrá al ritmo de la demanda, que se prevé que aumente en un 21%. Al mismo tiempo, fuerzas externas como el cambio climático están presionando la pesca a escala mundial”.
Cerca de 1.000 millones de personas dependen de la pesca para satisfacer sus necesidades nutricionales, número que crecerá en la medida que aumenta la población. El pescado es uno de los alimentos más vendidos en el mundo, lo que también ayuda a que las naciones con amplias costas estén monitoreando los posibles escenarios que se vendrán.
Sudámerica no está lejos de esto. China ha llegado en busca de productos como el calamar gigante o el bacalao en aguas de Argentina; el atún en las de Chile; el tiburón en las de Colombia y Ecuador; o la totoaba en las de México, además, estas embarcaciones ya han tenido conatos en aguas frente al oeste de África, Corea del Sur, Vietnam, Indonesia, Filipinas.
“Los países están tomando medidas drásticas para proteger a sus peces (…) Desafortunadamente la dinámica alrededor de la industria pesquera es ideal para un conflicto armado”, cierra Johan Bergenas, parte del equipo que trabajo en el informe, que ya alista para una posible guerra por los peces.