El verano es una de las temporadas más esperadas durante todo el año. No sólo por el buen clima, sino que también por la importante cantidad de turistas que visitan Chile, lo que conlleva a una importante alza en las cifras asociadas al turismo. Sin embargo, nadie cuestiona que junto con el aumento de personas que visitan los destacados balnearios nacionales, se manifiesta la falta de educación en términos medioambientales, traduciéndose en la presencia desmedida de basura.
De acuerdo al programa de ciencia ciudadana, Científicos de la Basura, integrado por académicos de la Universidad Católica del Norte, la cantidad de basura presente en las playas de Chile se duplicó entre 2008 y 2012, alcanzando un promedio nacional de 4,4 unidades de basura por metro cuadrado. Asimismo, el Dr. Martin Thiel, director de dicho programa, tras llevar a cabo una serie de investigaciones, llegó a la conclusión de que el 99,9% de los desperdicios presentes en las playas proviene de las mismas personas que las visitan.
Entre los ítems más comunes encontrados destacan el plástico, incluyendo envoltorios, bolsas y botellas. Además de un importante número de metales y vidrios. Thiel, biólogo marino y Dr. en Oceanografía, explicó que tales desechos no podrían haber llegado desde el mar, pues no flotan. A raíz de lo anterior, se desprendió la hipótesis cuyo sustento reafirma que la problemática de la contaminación en las playas posee un origen local, por lo tanto la solución al conflicto también debería serlo.
Según cifras entregadas por la Dirección General del Territorio Marítimo y de la Marina Mercante de la Armada de Chile (Directemar), unidad encargada de organizar El Día Internacional de Limpieza de Playas desde el año 2005, durante la actividad realizada en 2017, se logró recolectar 361.256,96 kilogramos de desechos. De esa cifra, 49.761 corresponde a colillas de cigarros, mientras que 42.009 a pedazos de plumavit.
Actualmente en el país existen diversas iniciativas que buscan concientizar a la población sobre el rol del ser humano en el planeta y con ello, el impacto en términos de preservación del ecosistema, la flora y la fauna. Dentro de este contexto, se han implementado diferentes medidas para informar a la comunidad y hacerlas partícipes de dicho proceso. Una de ellas es el trabajo que realiza Oceana, organización internacional fundada en 2001 centrada exclusivamente en la conservación de los océanos.
Dentro de la misma línea, la campaña “Voluntarios por el Océano”, liderada por Parley For The Oceans, busca reclutar jóvenes e incentivar la toma de acción por parte de la misma comunidad, enfatizando en que “si los océanos mueren, nosotros también”. Brian Cartes participó de esta cruzada durante el verano de 2017, instancia en la que como turista pudo aportar a la limpieza de la Isla Quehui de Chiloé.
El estudiante de la Universidad San Sebastián comentó que su motivación principal fue la de apoyar, dentro de lo posible, la causa. “Esto nos afecta directamente. Fue una oportunidad de aprendizaje y de familiarización, pues uno logra conocer la realidad de otros territorios y tomarle el peso a una problemática que a diario ignoramos sin darle la importancia que merece”.
“Creo que este tipo de iniciativas son muy buenas para poder aportar a uno de los tantos conflictos que afectan al medioambiente, para así crear conciencia y ser, finalmente, un grano de arena en el proceso de descontaminación”, agregó.
Respecto a los desafíos y a lo que aún queda por hacer, Cartes, de 22 años, enfatizó en la necesidad de educar a la ciudadanía desde pequeños. “Es importante enseñar, aunque suene obvio, la importancia de llevar una bolsa y guardar la basura, de reciclar, de recoger las colillas de cigarro. Se debe generar cultura medioambiental y motivar a las próximas generaciones a continuar por este camino”.
La realidad de los balnearios de la Octava Región no es diferente, pese a no ser tan grave como el escenario que enfrentan las playas de Antofagasta e Iquique. Sin embargo, la presencia de residuos marinos antropogénicos compuestos, principalmente, por vidrios, plásticos, metales, papeles y colillas de cigarro, se ha visto en aumento. Es por ello que, durante el mes de octubre, se llevó a cabo la limpieza de Caleta Lenga, actividad patrocinada por el municipio de Hualpén y en la que participaron diferentes establecimientos educacionales. El evento contó con la presencia de más de 400 de asistentes, quienes lograron retirar 500 kilos de basura del sector.
Otro de los puntos críticos se da en las costas de Tomé, cuyo municipio ha impulsado año tras año la limpieza de sus balnearios a través de diversas actividades efectuadas en conjunto con instituciones académicas, así como también colegios de la zona. Finalmente, la idea es entregar el mensaje, específicamente, al sector más joven de la población, sobre la importancia del cuidado del medioambiente, por el entorno marino y por vivir en un ambiente libre de contaminación.