A fines de enero comenzó el muestreo físico-químico y microbiológico aplicado en la bahía de Coronel por el Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, con el objetivo de detectar el nivel de contaminación en las aguas del conocido sector Lo Rojas.
La preocupación por los efectos contaminantes que posee la actividad industrial en la zona y al mismo tiempo, en la comunidad, llevó al Consejo para la Recuperación Ambiental (CRAS) de la comuna a convocar a representantes locales tales como recolectores de algas, pescadores artesanales e investigadores de la Universidad de Concepción a efectuar dicho análisis, para así solicitar el aumento de este tipo de prueba en la localidad.
Una nueva medida democrática
El CRAS es parte del Programa para la Recuperación Ambiental y Social (PRAS) creado con el fin de generar una instancia de “diálogo democrático compuesto por representantes de la sociedad civil, organismos de gobierno, municipio y las industrias presentes en la zona”. De esta forma, el consejo ha participado tempranamente en la caracterización socio ambiental del territorio y en la elaboración de un diagnóstico compartido, en la identificación de objetos de recuperación y en propuestas de soluciones.
Dentro de la misma línea, la constitución del CRAS de Coronel estuvo a cargo del Ministerio de Medioambiente comenzó a sesionar en junio de 2015, hecho que permitió abrir “un diálogo multisectorial sobre los principales desafíos ambientales y sociales del territorio. A partir de dicha fecha se realizaron sesiones ordinarias y extraordinarias, lo que será el principal insumo para la definición de las iniciativas, acciones o medidas que contiene el PRAS de Coronel”.
Resultados
El profesor investigador del Departamento de Oceanografía de la UdeC, Rodrigo González, entregó a Biobío Chile detalles sobre la muestra aplicada. “El estudio del estado microbiológico y parámetros físico-químicos tiene que ser una actividad de manera constante. Hay que hacerlo al menos durante 4 veces al año, ya que la idea es poder tener un diagnóstico del estado microbiológico de la bahía”, explicó el especialista.
El último estudio encabezado por el PRAS fue ejecutado en 2016 y demostró la presencia de agentes contaminantes en la bahía, tales como el cobre. Este mineral, de acuerdo al documento “Presencia de cobre en aguas de consumo humano: causas, efectos y soluciones” elaborado por la académica Ana María Sancha, “la presencia de excesos de cobre en agua potable puede ocasionar problemas de sabor y color y producir manchas en los artefactos sanitarios y la ropa durante el lavado, además de afectar la salud de las personas por trastornos gastrointestinales, como náuseas, seguidas de vómitos y diarrea”.
Tal como indicó a Biobío Chile la presidenta del Sindicato de Algueras, Marisol Ortega, esto ha provocado una baja en las ventas de productos marinos. Asimismo, solicitó que a tres años del último muestreo, se ejecute uno nuevamente, pues es trascendental que se actualice la información, así como también que el Estado asuma su responsabilidad con los afectados.
Al mismo medio, Ortega declaró: “Recordemos que aquí hay termoeléctricas, hay pesqueras, hay puertos, hay cementeras. No nos olvidemos del Parque Escuadrón y a Essbio que tienen a todos emisarios”.
Es por lo anterior que el estudio se hace necesario, con el objetivo de cuidar la comuna y no posicionarla como una nueva zona de sacrificio, hecho que diversas agrupaciones desean evitar señalando la imperante necesidad de movilizarse para detener los impactos ambientales y sociales provocados por la instalación de diversas industrias contaminantes. El análisis también se realizará en los humedales de Coronel, para así plantear la recuperación de estos lugares.